La bohème...la bohème

Donde estas amiga!!!!!!!!

La llamamos salvarían, porque callo del cielo para movilizarnos por las calles de la ciudad. Por ella he tenido los sentimientos mas nostálgicos que jamás he sentido por un objeto. Si, un objeto que hecho en falta y lamento haber perdido en mi vida. Llego como un obsequio de un amigo que abandonaba la ciudad. Su manubrio torcido imposible de enderezar, los frenos fatales, solo el delantero algo frenaba, sus pedales rotos y su oxido pasaban desarpesibido tras sus ruedas torcidas acompañada de las llantas súper gastadas, era un espectáculo verla rodar por las calles de Barcelona. Nos acompaño sin jamás tener una pana, cuando estuvo Yván por estos lados, fue su compañera mas leal, recuerdo que la despertaba temprano por la mañana para subir hasta plaza España para ir al trabajo cada día, por las noches la ocupaba para salir de marcha, por las tardes para las compras o tramites, jamás nos la robaron, y ya habíamos perdido tres, pero esta modesta bici no era del gusto de los rateros. Cuando dejamos Barcelona, tal como la recibimos, se la obsequiamos a un amigo y le dijimos lo fiel que siempre fue, en fin. Pasaron muchos años y me encontré con este amigo en Ámsterdam y recordándola le interrogué por ella y con pena me contó que cuando salio de Bcn. La dejo amarrada en una plaza y de ella nunca mas supo. Me llene de verdadera nostalgia por la suerte que había corrido nuestra amiga. Sola en las calles de la ciudad, salvarían , triste y atada a un poste o una reja. Como es posible que mi mente fabrique estos sentimientos por una bici? Donde estas Salvarina?
Yván a escrito de Salvarina en su Blog quieres leer pica
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1 commentaire:

Andrew a dit…

He sido yo.
El amigo de Amsterdam sobre el cual pesa el cargo de consciencia del abandono.
He sido yo quien tras haverla utilizado durante varias semanas, sin el más minimo remordimiento
la ha dejado atada de un poste de alumbrado publico con un candado del cual todavía conservo sus llaves.
He sido yo el vil malvado que no supo apreciar lo que se me obsequió como muestra de aprecio.
Bien merezco ser colgodo de un poste de alumbrado publico con un candado pendiendo de mis testiculos para así
saber lo que se siente ser ultrajado y luego abandonado.
Confieso que he sido yo.